31 ago 2010

LA CUEVA DEL DRAGON

Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, existía la leyenda entre los aldeanos de un pueblo de la existencia de una cueva guardada por un dragón. Durante mucho tiempo los caballeros y nobles de aquella época, se dedicaron a encontrar la cueva donde se decía vivía un dragón hecho totalmente desde la cola a las escamas de oro puro. Un día los soldados de un rey egoísta y traicionero, descubrieron la entrada de una cueva, donde se decía habitaba el dragón. El Rey mando sus tropas a la cueva para matar al dragón y aprovecharse de su oro, pero ninguno de los soldados consiguió pasar de la entrada, ya que del fondo de la misma cueva tan oscura como la noche sin luna, salían alaridos y rugidos que erizaban la piel y provocaba en el pánico en aquellos que lo escuchaban haciendo que huyeran despavoridos.


Una mañana un joven campesino, humilde que venia de sus labores en el campo, pasó por delante de la cueva y oyó un lamento, sin pensárselo mucho se fue adentrando poco a poco en la cueva en dirección al sonido que emanaba de ella. Lo que sus ojos contemplaron dentro fue un dragón común, no de oro, si no malherido que lloraba y protegía algo muy brillante situado detrás de el.

El dragón al comprobar que no estaba solo y percatarse de la presencia del joven, rugió haciendo temblar las paredes de la cueva, el joven se acerco aun más y le pregunto:

-¿Estas herido, puedo hacer algo?

-Aléjate de mí y déjame en paz-contesto el dragón

-¡Pero estas herido, necesitas ayuda!-se reafirmo el joven campesino

-¿No vienes aprovecharte de mi, ni hacerme daño, ni arrebatarme lo mas valioso que hay en esta cueva?- respondió

-¿Es, eso que proteges detrás de ti?-pregunto el joven

- Es mi corazón-respondió el dragón – Muchas personas quieren romperlo y aprovecharse de el.

-Yo no, yo solo quiero curarte ¡Mira haremos una cosa si me dejas yo puedo sanarte y al mismo tiempo cuidare de ti!, todos los días estaré contigo, te escuchare, te animare y te daré lo mas valioso que tengo, mi sinceridad, honestidad y bondad – le respondió el muchacho.

-¿Por qué vas hacer eso por mi?

-Porque sé que eres un buen dragón que lo único que quiere es vivir tranquilo y feliz y que nadie mas le rompa su corazón para aprovecharse de el

Fue pasando el tiempo y el joven cumplió su promesa cada día, subíendo a cuidar al dragón, dándole todo su cariño desde lo más profundo de su corazón, hasta que un día el dragón le dijo:

-Me has demostrado cada día que eres una persona fiel, sincera y buena y quiero regalarte algo,- El dragón diciendo esto cogio las piedras que siempre había estado protegiendo y cuidando y se las dio al joven.

-¡¡Pero estos son rubíes!!

-Lo sé -dijo el dragón- es mi corazón y te lo has ganado día tras día, cuidándome, apoyándome, dándome tu cariño y estando ahí conmigo, yo no soy un dragón de oro como dicen las leyendas, soy un dragón común que protege lo mas valioso que tiene, su corazón y ahora es tuyo, cuídalo como se merece, por favor.


El joven emocionado en vez de quedarse con los rubíes que le había regalado el dragón, decidió quedarse a vivir con el, cuidándolo y queriéndolo como había hecho cada día, desde que se dio cuenta de que el dragón era muy valioso como dragón.

Moraleja: Abramos nuestro corazón sin miedo a ser dañados de nuevo, aquellas personas que nos demuestran cada día con su cariño, fidelidad, honestidad y bondad que nos quieren y están con nosotros por lo que valemos como personas. Valoremos esto y demostrémoslo haciendo lo mismo con ellas, abriéndoles nuestro corazón cada día para que no se sientan tristes.

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